martes, 12 de noviembre de 2013

Mujeres arquitectas

Suponemos que todos y todas estáis informados de la polémica sobre Denise Scott Brown al no haberle sido concedido el Pritzker junto a su marido Robert Venturi en 1991, la cual se reabrió el año pasado al elevar al jurado del premio una petición para que reconsiderara la decisión y ser rechazada.

Otro caso más reciente, y cuanto menos sorprendente por la actitud de ella, es la concesión del Pritzker 2012 al arquitecto chino Wang Shu exclusivamente, sin incluir a su socia y esposa, Lu Wenyu. Nos parece interesante que debatamos en clase sobre diferentes opciones ante la "fama" y ésta puede ser una buena ocasión. Os dejamos el enlace a la página de los Pritzker: The Pritzker Architecture Prize, a una pequeña pero hermosa entrevista a la arquitecta china: La arquitecta que renunció al Pritzker para evitar la fama y una pregunta en el aire: y tú, ¿qué harías?

 
Ningbo History Museum, 2003-2008, Ningbo, China 

3 comentarios:

  1. Por cortesía de un compañero y como contrapunto:
    http://www.plataformaarquitectura.cl/2013/11/12/5-mujeres-cambiando-la-cara-de-la-arquitectura/

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  2. El artículo anterior termina con una pregunta parte de cuya respuesta, para el caso español, podéis encontrar en:
    http://www.composicionii.blogspot.com.es/2013/03/8-de-marzo.html

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  3. Nuestra profesión, deseándolo o no, abarca muchos asuntos, tantos que a veces parece que queramos simplificar el alcance de la arquitectura, lo cual creo que iría en contra del propio hecho arquitectónico. Sin embargo no creo que la/el arquitecta/o que decida ignorar ciertos aspectos de esta profesión los conviertan en mejores o peores profesionales. Simplemente debe haber todo tipo de arquitectas/os, que se implican hasta el final con cualquier consecuencia de su arquitectura y con cualquier otra arquitectura sobre la que piensen que pueden llegar hasta la última consecuencia, los/las profesionales activos, que desean arrancar al ente pasivo cierta pasión cambiando la escenografía a la que están acostumbrados por la acción, y luego están, deben estar, los espectadores que se limitan a ver sin saber qué ven, a hacer sin entender qué hacen o a ignorarlo por ciertas razones.
    Siendo así no debería sorprendernos la actitud de esta arquitecta ya que la transformación de los espectadores en actores, que han sido influenciados por imposiciones de tipo moral, religioso o cultural, es sin duda un hándicap muy difícil de salvar. Sin embargo es doblemente sorprendente que ella misma hable del alcance de ser mujer arquitecta pero solo para ciertos temas concernientes a su país y para los cuales no le importa prestar su voz dando clases lo cual según ella misma dice, multiplica su impacto.
    Personalmente creo que los revolucionarios perderían su capacidad de revolucionar nada si fuesen un número elevado, pero en el caso de Lu Wenyu, respetando como he dicho que todos/as tenemos ese derecho de decisión sobre el nivel de implicarse o involucrarse en todos estos temas que alcanza la arquitectura de un modo u otro, es un verdadero derroche dejar pasar esa oportunidad.

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